En 2020, el sector del comercio electrónico registró en Francia más de 1.840 millones de transacciones. Ahora forma parte de nuestros hábitos de compra. Más allá de los productos de calidad, las marcas deben ofrecer experiencias de compra diferentes e innovadoras para seducir a unos consumidores cada vez más exigentes.
En Francia, la historia de las compras en línea comenzó en los años 90 con la aparición de Minitel. Posteriormente, se desarrolló rápidamente gracias al progreso técnico y a la democratización de los equipos informáticos. En 1999, el 25% de la población tenía un ordenador y el 7% tenía acceso a Internet. Diez años después, el 69,7% de la población tenía un ordenador y el 64% tenía acceso a la Red. Es esta evolución tecnológica la que ha permitido la explosión del comercio electrónico: entre 2000 y 2020, su volumen de negocio pasó de 0,7 mil millones de euros a 112 mil millones.
El desarrollo del acceso a Internet (número de terminales, banda ancha, etc.) ha provocado un cambio en el comportamiento de los usuarios. Ya no buscan sólo comprar, quieren una experiencia de compra personalizada.
Hoy en día, ya no se trata sólo de ofrecer un catálogo de productos, sino de proporcionar una experiencia de compra diferente. Para ello, los minoristas electrónicos están utilizando diferentes herramientas para mejorar la asistencia al cliente durante y después de su compra. Como el diseño UX, que engloba un conjunto de técnicas para aumentar el rendimiento de un sitio o una aplicación para satisfacer mejor las expectativas del cliente. O el marketing conversacional, que permite responder rápidamente a las preguntas de los usuarios a través de chatbots para guiarlos en cualquier momento.
Los vendedores electrónicos también tienen que cuidar la experiencia del cliente después de la compra: apoyarse en una buena logística para entregar en las mejores condiciones y mantener el contacto pidiendo opiniones que influyan en otros clientes.
Por último, sumergir al cliente en el universo de la marca es fundamental. A través de los programas de fidelización, la gamificación o la creación de tiendas virtuales, los minoristas electrónicos ofrecen una experiencia divertida y diferenciada que invita a comprar. Estas estrategias evolucionan constantemente para, por un lado, dar más satisfacción al cliente y, por otro, alimentar su necesidad de novedad.
Live Commerce, que llegará al mercado francés en 2020, ofrece una nueva experiencia de compra en línea basada en las ventas en tienda. De hecho, incluye todos los ingredientes que hacen que las actividades de venta en tienda tengan éxito: descubrimiento de productos en acción, relaciones humanas, apoyo personalizado y entretenimiento.
Con Live Commerce, todos estos elementos se reúnen en forma digital y los clientes pueden acceder a ellos directamente desde sus casas. La marca crea un escenario acorde con el producto que desea promocionar para sumergir al cliente en su mundo. Inmersos en los códigos de la marca, los consumidores verán el programa en directo, hablarán con el presentador y realizarán una compra, todo ello de forma sencilla, intuitiva y rápida. Así se consigue una experiencia óptima tanto para los clientes como para las marcas.
Según Salesforce Research, el 83% de los consumidores considera que la experiencia de compra es tan importante como el producto. Al ofrecer una experiencia de compra en línea inspirada en las animaciones físicas de las tiendas, Live Commerce resulta atractivo. Los consumidores se benefician deuna experiencia de comprainmersiva, auténtica y simplificada, mientras que las marcas se benefician de ella para aumentar su rendimiento. Una solución que merece ser desarrollada!